ies campos de san roque
Martes, 21 de noviembre 2017, 15:02
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La Consejería de Educación ha reconocido como buena práctica educativa, con el Premio Tomás García Verdejo, la segunda edición del proyecto Raíces. Un proyecto desarrollado el pasado curso en el IES Campos de San Roque, por el que estudiaron de forma interdisciplinar el patrimonio histórico y natural de la finca El Rebellao. El eje central del proyecto son las labores arqueológicas con las que el alumnado se convierte en arqueólogos y contribuye a descubrir su propia historia.
El director del centro, Francisco José Silva, asegura que «este valioso premio reconoce de nuevo el esfuerzo y la labor del profesorado del IES Campos de San Roque y especialmente a la coordinadora Fermina Acevedo, en su apuesta por la innovación, la mejora de la calidad educativa y el compromiso con el entorno. La dotación económica del premio, 3.000 euros, permite que el proyecto tenga continuidad este curso.
En esta segunda edición, el proyecto Raíces desarrollado en la finca el Rebellao, propiedad de la Fundación Dolores Bas de Arús, se ha convertido en un proyecto de centro al que ha contribuido toda la comunidad educativa, señala el Director. Según Fermina Acevedo, «más allá del carácter innovador de la actividad, hay que poner el acento en que este premio reconoce el esfuerzo colectivo, felicitémonos. Implicar a todos los alumnos del centro, trabajar codo con codo más de 30 compañeros y contar con el apoyo de las familias y de las instituciones/asociaciones del entorno no es algo ni usual, ni fácil. Han premiado la ilusión y la implicación del alumnado; la gran labor de todos los departamentos didáctico, que han puesto en marcha numerosas actividades; el apoyo del personal no docente en la gestión; la participación de las familias (trabajos de investigación y en la ruta arqueológica); el apoyo institucional y de asociaciones, como Amigos de las Vías Pecuarias; el buen hacer del equipo de arqueólogos; la acogida en la prensa local y regional, y la generosidad de la Fundación Dolores Bas de Arús, que nos permite que transformemos su finca en un aula donde podemos aprender y disfrutar del patrimonio».
Fomento del rigor científico
En cuanto a las actividades realizadas, Acevedo Padilla asegura que se ha aprovechado el estudio del patrimonio de la finca para fomentar el rigor científico interdisciplinar, la capacidad de observación, la curiosidad, el tesón, la empatía y el compañerismo. A la par que trabajan los contenidos de las distintas materias: analizando el agua y el suelo, realizando un corte geomorfológico, reforestando los aledaños de la fuente, haciendo un estudio de la toponimia, carteándonos de manera virtual con alumnos americanos interesados en el proyecto, haciendo rutas en bici, folletos de divulgación en varios idiomas, relatos literarios, buscando en la literaturas obras inspiradas en la arqueología, iniciando un estudio comparativo entre cerámicas de diferentes épocas, entre otras muchas actividades. En cuanto al trabajo de campo, propio de la arqueología, el pasado curso excavaron seis grupos de alumnos (segundo de ESO, tercero de ESO, PMAR, primero de Bachillerato) en yacimientos de cronología protohistórica y romana dirigidos por los arqueólogos Andrea Meléndez y Víctor Gibello. Junto al yacimiento también se han realizado dibujo de los restos arqueológicos, lavado de cerámica, etc. Además, siguiendo los datos que arrojaban las excavaciones se han recreado entre todos los grupos, un prototipo ideal de cabaña calcolítica, para que todos comprendan mejor el yacimiento, dado que queremos compartir con la sociedad el patrimonio que descubrimos. De ahí que se hiciera una ruta senderista interpretada con las familias para enseñarles los yacimientos y expusiéramos frente al instituto una exposición de la experiencia arqueológica ilustrada con versos de poetas extremeños.
El proyecto Raíces surgió hace dos cursos al entrever la posibilidad de participar en las excavaciones arqueológicas que se estaban desarrollando en el Rebellao con un patrimonio que demuestra la ocupación continuada del lugar desde hace más de 5000 años. «Tener la posibilidad de hacer historia, de descubrir la historia del entorno escolar con tus alumnos, es algo inédito, sabiendo que la arqueología desarrollada por los escolares siempre ha sido arqueología experimental. Todo parecía más un sueño que una opción real, más si cabe siendo una profesora interina recién llegada al centro. La apuesta decidida del equipo directivo por el proyecto hizo que resultase una magnífica experiencia. Se tuvo la oportunidad junto con la Universidad de Mayores de excavar una cabaña de la edad del Cobre, de descubrir los restos de un dolmen ocultos bajo un majano de piedras, y de intervenir en la Iglesia medieval de San Ildefonso, todo ello bajo la dirección arqueológica de Meléndez y Gibello. Previamente los alumnos habían trabajado en el aula la teoría necesaria para entender el método arqueológico El hecho de repetir en el centro, me permitió continuar y en ello seguimos, ilusionados todos como el primer día».
En este nuevo curso el proyecto continúa, ya han realizado visitas varios grupos de segundo de Bachillerato a la finca de la Fundación Dolores Bas en bici en la asignatura de Educación Física, ha arrancado la campaña de excavación de otoño con el grupo de segundo A y segundo C, y se ha montado una exposición en el centro e invitado a la población de la Albuera y Valverde a participar en el juego Detectives del pasado, en el marco del mercadillo Concienciarte.
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