MARÍA EGIPCIACA PIZARRO SABIDO
Jueves, 14 de diciembre 2017, 09:10
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Cuando me preguntan que de dónde soy, desde hace 10 años para acá siempre digo que de 3 sitios: en primer lugar de Corte de Peleas, lugar que me vio nacer y donde viví las 3 primeras décadas de mi vida; en segundo lugar de Badajoz, ciudad donde resido desde hace 20 años; y en tercer lugar de Valverde de Leganés, localidad donde trabajo con mucho gusto y que, profesionalmente, me ha dado y me sigue dando muchas satisfacciones.
Por mi trabajo en el I.E.S. Campos de San Roque comencé a realizar una investigación sobre la historia de la finca el Rebellao, intentando averiguar los dueños por los que había pasado. En dicha finca lleva nuestro centro realizando excavaciones arqueológicas desde hace dos cursos, y continuamos con ellas actualmente. Este proyecto se ha ido diversificando y engrandeciendo con el tiempo, lo cual ha dado muchas alegrías a toda la comunidad educativa, siendo premiado el curso pasado con el Premio Espiga al mejor centro educativo en de Caja Rural de Extremadura y recientemente con el premio Tomás García Verdejo a las Buenas Prácticas Educativas, cuya coordinación corre a cargo de mi compañera y amiga Fermina Acevedo Padilla.
Estando en estas investigaciones empecé a buscar textos portugueses donde pudiera encontrar referencias al Rebellao por relacionarla con la batalla de Aljubarrota, batalla de 1385 por la cual se dice que Valverde fue destruida. No encontré en ningún texto nada relacionado con nuestro Valverde, pero sí con Valverde de Mérida. Sin embargo, comencé a encontrar textos portugueses que hacían un relato pormenorizado de la guerra de Restauración con Portugal, sobre todo de las que el ejército español consideraba escaramuzas en las villas fronterizas y lo que el ejército portugués llamaba grandes sucesos victoriosos. Los hechos relacionados con Valverde están fechados en octubre de 1641 y septiembre de 1643, fecha esta última en que la villa fue saqueada y asolada dando paso a su total despoblación durante un tiempo.
Comencé a traducirlos y me di cuenta de la gran importancia que tuvo Valverde en esa época, significando la avanzadilla del ejército de Castilla en la defensa de la frontera con Portugal y de la ciudad de Badajoz. Tanto es así que en un documento fechado en julio de 1642 del Archivo General de Simancas (legajo 1460) relación detallada del número de infantería y caballería que forma parte del denominado Real Ejército de Extremadura, acuartelado en la ciudad de Badajoz y villas circunvecinas aparece una relación de los oficiales y soldados que estaban en esa fecha en el cuartel de Valverde. En total estaban destinadas en esta villa 39 compañías de infantería divididas en 3 tercios que sumaban 268 oficiales y 1617 soldados; de caballería estaban destacadas 4 compañías con un total de 16 oficiales y 110 soldados. Si sumamos todo nos arroja la cifra de 2011 militares en una aldea que, según los textos portugueses tenía en esa fecha 600 vecinos (2.500 habitantes aproximadamente). Creo que las cifras son sorprendentes y nos hablan de la importancia estratégica que tuvo el pueblo en esta fecha.
De todos estos textos vamos a dar luz a una Carta que escribió el ejército de Portugal el 23 de septiembre de 1643 donde da cuenta de la entrada del ejército portugués en Valverde, campos de Castilla y el cerco a Badajoz. Esta carta fue publicada por el tipógrafo y editor Paulo Craesbeck en Lisboa en 1643 y se encuentra en la Biblioteca Nacional de Portugal.
CARTA QUE ESCRIBIÓ NUESTRO EJÉRCITO EL 23 DE SEPTIEMBRE
En que se da relación de la entrada en Valverde, y campos de Castilla, y cerco de Badajoz, tomada de lo alto de la parte de Castilla.
El día 5 de septiembre marchó nuestro ejército con 18.000 hombres a pie, a caballo, gastadores, y paró en el puente de Olivenza, para saber si iban todos confesados y comulgados, y 2.000 gastadores pertrechados de azadas, alcotanas y más herramientas. A los 8 días se avistó Valverde y le ganaron los montes: y por otro lado fueron 5.000 hombres a correr el campo para impedir la ayuda; el enemigo ardía entre antorchas sin llegar nadie a socorrerle. A los 12 días se entregaron, eran 1.500 hombres de guerra. Las partes que se le hicieron no les parecieron bien y por parte del enemigo hubo falta en los contratos, por decir algo tenía municiones y otras cosas que no tenía. Y así no se le guardó lo que se le había prometido, no será culpa: se arrasó toda la villa, huertas, viñas, y fincas de alrededor, por así pedirlo los de nuestras fronteras, y dieron fuego a los matorrales, viñas y olivares, y sólo la iglesia quedó en pie, ardieron más de dos leguas. Los nuestros se aprovecharon del trigo, aceite, miel, dos piezas de bronce, y armas de los muertos, que fueron cincuenta con los heridos; de nuestra parte murieron catorce, la mayoría gastadores. Valverde, sus campos y olivares, todo se convirtió en un valle quemado por Portugal.
A los 16 días de lo relatado, marchó nuestro ejército con un enorme bochorno por varias partes de Castilla, y con la caballería que son hoy 3.200, durante cuatro leguas, arrasó muchos lugares, el de la Albuera, que era grande, y viró hacia Badajoz, fingiendo de día llevar otro camino, y por la mañana nuestra caballería estaba en los sitios altos de Badajoz por la parte de Castilla, y la Infantería en las huertas y viñas de dicha ciudad cerca de las murallas, pero donde no había cañones, y ahí hicieron fajinas con tierra blanda de las viñas, de las huertas y árboles, y los caballeros por encima avistando la ciudad, donde les dispararon algunas armas tanto de la ciudad como desde el monte que está fuera de las murallas, el cual los nuestros ganaron por la fuerza de las armas el 20 de éste, matando más de 70 castellanos, tomándoles dos piezas de artillería y muchas armas; mataron algunos caballeros de importancia y les quitaron treinta mulas que transportaban los cañones. De Badajoz salió el enemigo a socorrer a los del monte y se volvieron a recoger ultrajados. Los nuestros estaban en dos escuadrones, uno que acometía y otro de emboscada. Murieron de los nuestros, entre oficiales, soldados y gastadores, cincuenta en total, haciéndose hechos heroicos, los cuales era necesario relatar. Quedan los nuestros ya en este monte con muchos cañones batiendo las partes más altas de Badajoz con fuerza de gente, y trincheras junto a las murallas, y nuestro ejército en las huertas, y la caballería vigilante y en varias partes corriendo por dentro de Castilla con dos frentes del ejército, porque en caso de que venga ayuda lo aviste; los demás están atacando la ciudad a tiro de mosquete. Hoy fueron desde aquí seis compañías, y todos los corredores, y don Álvaro de Abranches dicen que va para Campo Mayor, espera por la gente de la armada, y con éstos vendrán ocho cañones para atacar, para combatir el fuerte de San Cristóbal que está en el puente en la parte de Portugal, y tomado éste, después ganaremos Badajoz.
Nuestro ejército por el crecimiento que tiene, parece tener más de 30.000 hombres ue están en el campo, y cada día crece. Dicen que desde Andalucía viene gente conducida por el enemigo, si no llegan iremos antes, ya que no hay duda de que Badajoz se rinde, suponiendo que ha de costar la vida de muchos, y ya se aparejan los gastadores para cruzar el río Guadiana; aquí no se duerme, no descansan, todos son iguales en el trabajo, y los hidalgos que a todos dan ejemplo cumplen con su obligación; y si esto no basta, corren por aquí noticias, que manda decir el Rey nuestro señor, que vendrá en persona con lo mejor del Reino, que se muestra muy interesado en esta plaza: ni nosotros nos iremos sin conseguirlo con el favor de aquel Señor, que nos ha hecho tan grandes mercedes, que la importancia de este empeño es el mayor que se vio, y el ejército abundante en todo, y nunca de una sola nación, y una sola lengua, dicen los extranjeros, que aquí están, se vio tanto poder junto, porque siendo el número que digo, quedaron guarnecidas todas las fronteras hasta hoy 23 de septiembre, con toda la guarnición que le es necesaria para su defensa.
Lo que queda es pedir a Dios que nos ayude y los que no vienen a servir en la guerra ayuden a Su Majestad con oraciones, y hacienda para tan justo empeño, pues él sólo trata de librarnos del yugo de tan cruel enemigo y tan vecino.
Se tomó un correo que iba para Trujillo y Madrid. Huyeron con nosotros dos napolitanos a caballo y un portugués. Las personas de nombre que murieron de los nuestros, un capitán a caballo Antonio Machado, y un sobrino del Comisario general y un clérigo. Desde la campaña en Badajoz a 23 de septiembre de 1643.
Siendo conforme con su original. En Santo Domingo Lisboa a 27 de septiembre de 1643.
M. Fr. Ignacio Calvão.
Visto que está conforme con su original, puede correr esta carta. Lisboa a 28 de septiembre de 1643.
Pedro da Sylva.
Se tasa esta carta en 4 reales. Lisboa a 28 de septiembre de 1643.
Pinheiro.
Coelho.
EN LISBOA.
Con todas las licencias necesarias. Por Paulo Craesbeck.
Año 1643.
«Jefe de estudios del IES Campos de San Roque de Valverde de Leganés»
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