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Visita del gobernador a las obras de canalización. Le acompañana el alcalde Antonio Rabel, el secretario Juan Rastrollo, el juez de paz Luis Ortiz, y el resto de la coprporación entre los que están José López 'El Portugués', Juan Benavides, César Cuéllar, Juan Delicado, Anselmo Antúnez y otras autoridades locales. Al fondo, el edificio. A. A. V.
Historia

El adiós a un edificio que marcó la vida de varias generaciones

Ya es historia el inmueble de la esquina de Riscos y Bonal que acogió negocios como churrerías, carnicerías, bancos, etc.

Fernando Negrete García

Martes, 21 de octubre 2025, 08:01

El derribo de las edificaciones construidas sobre el cauce del arroyo Bonal o de La Nave a su paso por el casco urbano de Valverde de Leganés, es una de las principales intervenciones a ejecutar como consecuencia de la trágica riada de 1997.

En pleno centro urbano, el edificio de número 1 de la calle Riscos que hace esquina con la calle Bonal, estaba construido justo encima del arroyo, comenzó su demolición a finales del mes de mayo de este año 2025 con la retirada de la cubierta de uralita de su terraza por una empresa especializada y autorizada, y se ha terminado con su derribo completo en la última semana de septiembre.

Con esta demolición ha quedado al descubierto el cauce del arroyo, pudiéndose apreciar la bóveda primitiva de ladrillo sobre la que se construyó la vivienda, así como otra cubierta de hormigón bajo la anterior, más moderna que seguramente se levantó cuando se cubrió el canal en los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado.

Este edificio ha sido muy representativo entre los valverdeños, pues varias generaciones han ido conociendo en él distintas actividades. Personas mayores, que van acercando la edad al siglo, como es el caso de Julián Ortiz, vecino de la zona, o Luis 'Madera', recuerdan en el solar encima del arroyo, una única habitación que era una carnicería regentada hasta mediados de los 60 por Manuel Torres Silva, suegro de Julián y abuelo de los actuales propietarios de Carnicería y Fábrica de Jamones y Embutidos 'Breva'; el resto del terreno era un corral que lindaba con el paso cubierto conocido como 'El Tunel', que servía de paso del Llano del Lagar hacia San Roque. A la carnicería se añadieron dos locales, uno haciendo esquina que fue una churrería a la que le decíamos la 'buñolería' de Maximino y María, que tenían su vivienda en la planta alta donde vivían junto a sus tres hijas, Chari, Toni y María Isabel; y el otro local, una carbonería en la que trabajaba un muchacho de nombre Carmelo, que murió muy joven en un accidente con un tractor. El local de la carbonería fue utilizado después como pescadería por Santiago González, yerno de Maximino y María, y, según parece, en un principio fue como una sala de juego con varios futbolines.

La que fue carnicería de 'Breva' fue utilizada a partir de 1970 por otro carnicero, Jesús Pérez Flores, hasta la riada de 1997. Por último, por más de veinte años, la planta baja del edificio ha estado ocupada por la entidad bancaria Banca Pueyo y los altos han sido la vivienda de la hija pequeña, María Isabel, su marido, Fran, y Jaime, hijo de ambos.

La ubicación de este edificio ha estado muy ligada a la vida de los valverdeños, no solo por las actividades ya reseñadas que en él tenían lugar sino por la proximidad de otros establecimientos significativos como era el caso de la fonda del 'Chiquinino' de donde salía el LEDA a Badajoz y donde paraban las que venían de otros pueblos; algunos de los viajeros aprovechaban la parada para comprar unas roscas de churros y comerlas en el camino, también más de algún buñuelo se comía mientras se esperaba la salida de alguno de los coches de punto, de 'Pito' o de Jesús, que en el Llano esperaban a los viajeros que iban a la capital, o a veces con un café en alguno de los bares del Llano del Lagar. Todo ello sin olvidar la venta domiciliaria que hacía la señora Cipriana recorriendo las calles del pueblo con una canasta cargada de churros y anunciándolo a viva voz al grito de «¡¡buñuelos calentitos!!».

Ahora, y aunque supone una pérdida emotiva para familiares y allegados, con el derribo de este edificio, se dan pasos en la superación de lo que significó la tragedia de la riada, avanzando en lo que se conoce como Corredor Verde' que transformará el curso del Arroyo Bonal por todo el casco urbano desde el puente de Los Caños hasta la zona conocida como 'Las Piletas' en el parque que lleva dicho nombre, dando prioridad a la accesibilidad de las personas y a un desarrollo más sostenible y verde.

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