Paco González Antúnez, policía nacional, esperaba deseoso su "jubilación" en 2006, que le llegó en forma de "pase a segunda actividad", para poder dedicar tiempo a una afición, heredada de algunos ascendientes y que el trabajo en activo le impedía su dedicación de la manera que él estimaba necesaria.
Hablamos de la afición y habilidad de Paco en la elaboración de maquetas y miniaturas relacionadas con distintos oficios, objetos, edificios, curiosidades, etc.,
Nos comenta que siempre sintió una especial atracción por los museos y muestras en los que se exponían reproducciones en tamaño reducido de cualquier tipo de objeto, máquina, edificación... Afirma que tiene esa predisposición heredada de familiares; su abuelo materno, José Antúnez "El Gallo" y sus hermanos, Manolo "Cola" y Francisco "Chicarre", éste último afincado en Alconchel, eran verdaderos artistas en el mundo de la mecánica, fabricando sus propias piezas, adaptando máquinas para otros menesteres o creando sus propias herramientas. También su madre y su tía Pepa, eran muy habilidosas en tareas más femeninas de aquella época, haciendo ganchillo, elaborando bolsos con telas y plásticos, confeccionando ramos de novias, etc.
Paco González nació en Valverde de Leganés en 1951, tiene pues 60 años, recuerda a sus maestros, Don Juan Pedro en la escuela de la calle Las Torres que después fue carpintería y hoy dependencia de una Casa Rural, y Don Eduardo en la escuela de la Goleta. Pasó, junto a otros diez alumnos, al Taller Escuela Sindical San José de Badajoz, donde se preparó en la rama metálica como Mecánico Tornero. Durante año y medio cumplió el Servicio Militar en el Cuartel de Menacho. Los últimos meses del 74 trabaja en Galerías Preciados en Madrid y en enero del 75 se incorpora a la Academia de Policía Armada en Canillas, hace tres meses de prácticas en la Comisaría de Lavapiés y es destinado a Santander donde pasa dos años y medio, después tres años en la Compañía de Reserva de Toledo y de ahí a Puertollano (Ciudad Real) donde permanece 19 años. Su último destino fue en la Jefatura de la Policía Nacional de Badajoz hasta 2006 en que pasó a segunda actividad en la que continúa actualmente. Paco se casó 1976 con Presenti, tienen un hijo y una hija que ya le ha dado dos nietas.
Visitar en su domicilio de la calle Reyes Huertas, popularmente conocida como calle Larga, el pequeño taller y la habitación donde guarda sus trabajos, es trasladarse a una época pasada pero no tan lejana en el tiempo que nos permite a los que superamos los cincuenta, recordar un modo de vida en el que el trabajo manual y artesanal, las maquinas y herramientas de los distintos oficios y la necesidad de conservar los pocos objetos y enseres de uso cotidiano, era la base de una sociedad que tenía que sobrevivir día a día.
Nos dice Paco, que comenzó su colección con la construcción de una vertedera, cuya maqueta la tenía el "Coco" en una repisa de su bar en la calle Riscos. Después un sinfín de miniaturas que ya han sido expuestas en varias ocasiones causando la admiración y el reconocimiento de sus paisanos. Las reproducciones de la Ermita del Rosario y la de San Antonio nos obligan a fotografiarlas para verlas desde ángulos imposibles en sus emplazamientos reales. Igual asombro nos causa la Fuente de la Calle Larga, un cortijo y una Casa de Muñecas destinada a sus nietas. Vemos una amplia colección de herramientas y aparatos de distintos oficios, arados, trillos, carros, cangas, horquillas, palas, rastrillos, artesas, cucharros, esquilas, cencerros, etc., que se utilizaban en las tareas del campo, con el ganado, en las matanzas o en las labores diarias del ama de casa.
En una repisa, junto a la reproducción de un chozo, vemos varios adornos de madera, bellotas, copas, morteros, varias jaulas y un artilugio de propia cosecha que sirve para rayar aceitunas. Más abajo localizamos algunos pequeños cuadros al óleo, técnica en la que Paco también ha hecho sus pinitos.
En otro estante se sitúan las maquetas de seis espacios que nos traen entrañables recuerdos a los que los conocimos. Una escuela de mediados del siglo pasado a la que no le falta detalle, pupitres, mapas que no tienen más de 5 centímetros, la mesa del maestro con su brasero, la olla para el agua, etc. La carpintería con su banco de trabajo y una veintena de herramientas, la fragua en la que podemos ver al herrero forjando el hierro, la bodega con sus barriles y tinajas, la cocina de cualquier casa de campesinos en la que no falta el perro al lado de la lumbre, las tenazas, el badil y los utensilios propios de esa dependencia, y el lagar de aceite que parece que hasta huele, tiene su molino, la prensa de los capachos, las tinajas y las cántaras, vamos que solo faltan las aceitunas.
Terminamos la visita en la zona del taller donde Paco pasa buena parte del día elaborando sus trabajos. Allí, entre herramientas y aparatos, Paco nos confiesa sus próximos proyectos: la Iglesia, la Fuente del Llano, el Puente de las Piletas y distintos tipos de chozos. Cuando termine, su colección se habrá enriquecido y los valverdeños seguiremos recordando espacios y costumbres de nuestra niñez, gracias a su obra.