20 años como Comandante de Puesto en Valverde de Leganés
José Joaquín Muñoz García ·
Fue destinado a la localidad valverdeña el 11 de agosto de 2004José Joaquín Muñoz García ·
Fue destinado a la localidad valverdeña el 11 de agosto de 2004Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Lunes, 12 de agosto 2024, 19:19
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Nació en Zafra el 25 de julio de 1979, en el antiguo hospital materno que existía frente al cuartel de la Guardia Civil. Ese fue el primer contacto con la Benemérita de nuestro protagonista de esta sección, además de la pertenencia al mismo cuerpo de su padre. Estamos hablando de José Joaquín Muñoz García, Sargento Primero del cuartel de la Guardia Civil de Valverde de Leganés.
En Zafra también nació su único hermano, Antonio. A los pocos días de su nacimiento se trasladó, junto con sus padres Joaquín y Luisa, a la localidad de Ocaña (Toledo), donde su padre estaba destinado. En esa casa – cuartel de la Guardia Civil es donde pasó su infancia, rodeado de vehículos y agentes del cuerpo, pues en ese acuartelamiento vivían más de 150 familias. Desde la terraza de su pabellón veía la entrada y salida de vehículos policiales cuando terminaban o iniciaban sus servicios los agentes allí destinados y, en particular, observaba cuando su padre terminaba el suyo. Lo esperaba en la puerta de su domicilio para que le pusiera la gorra de su uniforme y así poder sentirse Guardia Civil.
Tomó contacto con los Guardias Civiles allí destinados, llamándoles más la atención unos muy jóvenes a los llamaban «polilla». Estos eran los que accedían al cuerpo con 18 años formándose en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, en Madrid. Pronto supo que quería ser como ellos, que no se conformaría con ser Guardia Civil, si no que quería ser un «polilla».
Cursa sus primeros estudios en el Colegio Santa Clara de Ocaña desde Infantil hasta 7º de E. G. B. Un cambio de destino de su padre en junio de 1992, tras ascender a Sargento a la localidad pacense de Higuera la Real, propicia que finalice este periodo en el C. P. Nuestra Señora de Guadalupe. En esta localidad y ya siendo adolescente, comprueba que el cargo de Comandante de Puesto que desarrolla su padre es lo que le gustaba de esta profesión ya que todo lo que sucedía en la localidad y gran parte de los problemas de los ciudadanos pasaban por el cuartel.
Un nuevo cambio de destino de su padre en 1994, motiva que se trasladen a Fregenal de la Sierra, donde continúa sus estudios de B. U. P en el IES Eugenio Hermoso, aunque ya tenía claro cuál quería que fuera su profesión.
Termina B. U. P. compaginándolo con los estudios para el acceso a la academia del Colegio de Guardia Jóvenes Duque de Ahumada de la Guardia Civil de Valdemoro, en Madrid, donde tras lograr aprobar se marcha en octubre del año 1998 para formarse como Guardia Civil, no sin antes superar la prueba de acceso a la Universidad con la mente puesta ya en tener ese título por si posteriormente le fuera necesario para ascender en la Guardia Civil.
Tras superar el periodo de formación que dura dos años, abandona el Colegio en el año 2000 y obtiene su primer destino como Guardia Civil en prácticas en Punta Umbría (Huelva) durante los tres meses de la operación verano como refuerzo en en el periodo estival, obteniendo un nuevo destino en prácticas en Calañas (Huelva). Es en esta localidad donde supera las prácticas y obtiene el ansiado empleo de Guardia Civil en el año 2001.
Tras obtener este nuevo empleo, es destinado a Guadalupe (Cáceres), en junio de 2001, donde nada más llegar comienza a preparar la oposición para el ascenso al empleo de Sargento directamente. Tras dos duros años de estudios y una difícil oposición, pues no contaba con baremación profesional debido a los pocos años de antigüedad que tenía ni puntos baremables por no tener el empleo de Cabo, aprueba la misma e ingresa en la Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil de Baeza, en Jaén en septiembre de 2003.
Comienza otro año de academia que finaliza en junio de 2004 obteniendo el empleo de Sargento de la Guardia Civil y siendo destinado el 11 de agosto de ese mismo año a Valverde de Leganés. Tras ascender a Sargento 1º le llega el momento de ascender al empleo de Brigada, renunciando al mismo pues este ascenso le hubiera supuesto un nuevo cambio de destino y abandonar la localidad valverdeña.
Por tanto, este mes de agosto cumple 20 años como Comandante de Puesto de la Guardia Civil de Valverde de Leganés, localidad de la que se siente un valverdeño más y se encuentra completamente integrado. «Me siento muy orgulloso de este aniversario pues actualmente es difícil encontrar a Comandantes de Puesto que perduren durante tanto tiempo, no ya en la misma localidad, si no desempeñando este cargo dentro de la institución, pues debido a la carga de trabajo que recae sobre esta figura Benemérita la mayoría de compañeros deciden buscar otro puesto que no «ate» las 24 horas», informa Joaquín.
Valverde es la localidad en la que han nacido sus tres hijos, Iker, Natalia y Leo y en la que actualmente vive junto a su pareja, Inés Negrete.
Como muestra de su integración en Valverde, es la pertenencia a diversas asociaciones, habiendo desempeñado el cargo de presidente del Ampa del CEIP Cesar Hurtado Delicado durante tres años. Actualmente pertenece al club ciclista El Farolillo Rojo del que es socio fundador y tesorero siendo este deporte una de sus pasiones al igual que el Real Madrid, motivo por el cual también es socio de la Peña Madridista local y también tesorero. Igualmente pertenece a otras peñas como 'La Paleta', 'Comunio' o 'Millonarios'.
Sin olvidar Ocaña, localidad en la que pasó su infancia y en la que aún mantiene contactos con los que fueron sus vecinos en el acuartelamiento (familia Gordo Hernández); Higuera la Real, en la que transcurrió su adolescencia y en la que tiene buenos amigos; Valverde se ha convertido en «su» localidad, es el municipio en el que más tiempo ha residido. Por este motivo cuando le preguntan de donde es, su respuesta es «de Valverde de Leganés».
Tras estos 20 años de servicio en la localidad, recuerda como el primer día que llegó al Puesto para conocerlo, se encontraba de servicio de puertas un Guardia Civil que desarrollaba las funciones de Comandante de Puesto de forma accidental al no existir Sargento en el Puesto y que tras identificarse ante este Guardia que le doblaba la edad, éste le dijo «le estoy esperando con los brazos abiertos para hacerle entrega del Puesto».
Tras hacerse cargo del Puesto pudo comprobar como bastantes jóvenes eran adictos a las sustancias estupefacientes, concretamente a la heroína. «Todos o la mayoría de ellos han pasado en bastantes ocasiones por el cuartel e incluso ingresado en prisión por esta adicción. Posteriormente, hubo una época que los consumidores de esta sustancia bajaron considerablemente, aunque en la actualidad se ha detectado un nuevo repunte entre los jóvenes que les está ocurriendo exactamente igual a los de aquella generación. Les aconsejo dejar de consumir este tipo de sustancias que lo único que ocasiona es el deterioro físico y mental así como su separación de la sociedad e hipotecarse toda su vida para convivir con estas sustancias. Con algunos de estos jóvenes he tenido conversaciones personales y alguno de ellos ha logrado salir de ese circulo vicioso», continua.
Como anécdota graciosa recuerda, tras un aviso por un supuesto delito de quebrantamiento de una orden de alejamiento por un delito anterior de violencia de genero, «el autor de los hechos se encontraba intentando acceder al domicilio al que no podía acercarse saltando por el patio. Éste, al ver a la pareja de servicio de la que formaba parte, desistió de su actitud y huyó a esconderse en el interior de un contenedor de basura que se encontraba en las proximidades. Al ser detenido se encontraba todo sucio de basura y con un olor bastante desagradable», cuenta Joaquín.
De Valverde recuerda como fueron los comienzos de las fiestas de la Diabla y la Trashumancia y cuál ha sido su evolución hasta ser declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional. El gran cambio arquitectónico y de infraestructuras que ha conseguido Valverde y el extraño aumento de población que experimenta año tras año mientras que otras localidades similares disminuyen la misma.
No olvida la noche de los domingos valverdeñas, era la localidad elegida por jóvenes y mayores para su diversión, viniendo de localidades que se encontraban incluso a mas de una hora de viaje.
Aunque ya parece lejana, la pandemia del COVID-19 tiene un recuerdo especial para él. La sociedad, una vez más, necesitó de la Guardia Civil y considera que estuvieron a la altura de las expectativas y de lo que la población necesitaba. «Recuerdo especialmente aquellos servicios en los que, en la época más dura y con más restricciones, no encontrábamos ninguna persona ni vehículos por las calles. Parecía que se aproximaba el fin del mundo. Fue una sensación bastante extraña, solamente se rompía ese silencio sepulcral que existía en la localidad cuando al paso del vehículo oficial algunas personas que se encontraban en los balcones de sus domicilios nos animaban a continuar trabajando y nos daban las gracias por ello,» apunta. «Fue una época frenética, cada poco tiempo se modificaban las restricciones a la movilidad personal, de vehículos, los horarios, rango de edades, etc., y los valverdeños exigían estar informados y despejar sus dudas. Yo me ofrecí en las redes sociales a ir solventando esas dudas, lo que alterné con el servicio en la calle y mi vida personal», continúa nuestro protagonista.
En estos 20 años tanto la sociedad como la Guardia Civil han cambiado bastante, pero la relación entre Valverde y el cuerpo se ha mantenido. «Yo desde el primer momento me di a conocer y he mantenido la misma línea. Con el paso del tiempo tiendes a relacionarte más con determinadas personas por afección personal, pero tiendo a llevarme bien con todas las personas. Si que la relación de los ciudadanos con la Guardia Civil depende prácticamente de mi, puesto que la mayoría de estos últimos 20 años he sido el único componente de la plantilla del Puesto en residir en la localidad», añade.
A pesar de todo el cambio experimentado por la sociedad durante estos años, así como el aumento de fiestas, eventos y una mayor movilidad de la población y especialización de la delincuencia, Joaquín considera que tanto las plantillas de la Policía Local como de la propia Guardia Civil están estancadas y no han aumentado al ritmo necesario durante estos 20 años. Con la Policía Local siempre han mantenido un contacto estrecho y mucha colaboración, pues ambos cuerpos trabajan para un mismo fin que no es otro que dar seguridad a la localidad.
Pero como manifiesta, siempre han trabajado con sacrificio y una buena planificación de servicios aumentando los mismos en días de mayor afluencia de personas. «Cada vez que hay un gran evento en la localidad, que no son pocos, detrás existe un gran trabajo de planificación y coordinación con la Policía Local para que los valverdeños y sus visitantes pueden divertirse seguros y tranquilamente. La coordinación con la Policía Local ha sido fundamental en este aspecto, de tal manera que nos coordinamos para que la mayor parte de las 24 horas del día exista algún servicio policial en la localidad», sigue el valverdeño.
Pero al igual que la Guardia civil y la Policía Local luchan por la seguridad de la localidad, pide la colaboración de los ciudadanos. «Nosotros estamos para ayudar a los ciudadanos, pero ellos nos pueden ayudar a nosotros. En cada robo, en cada agresión, en cada delito cometido, siempre hay alguna persona que ha visto o escuchado algo, pero por no querer enrolarse en el procedimiento judicial que pueda llevar a su esclarecimiento casi nadie colabora con nosotros. A estas personas les diría que pensaran si fueran ellas las víctimas de estos delitos si les gustaría que la persona que hubiera visto o escuchado algo les ayudara en el esclarecimiento del hecho y la detención del autor o autores del mismo», continúa. «El mayor problema y los que mas inseguridad creo que crean son los delitos contra el patrimonio. Estos robos vienen ocasionados y se encuentran relacionados con los problemas de adicción que algunas personas de la localidad tienen y buscan obtener dinero o efectos de cualquier manera para satisfacer sus adicciones. Como se suele decir 'todos sabemos quienes son', pero el complejo sistema legislativo así como la escasez de medios personales y materiales de los que disponemos hace complicado el seguimiento y esclarecimiento de estos delitos», confirma Joaquín.
Hay que entender la importancia del papel de la Guardia Civil en la vida de los valverdeños. «El papel que jugamos es el de hacerlos sentir tranquilos a ellos y a sus negocios. El índice de criminalidad en la localidad se encuentra por debajo de los de otras localidades similares a pesar de estar muy cercanos a Badajoz, que si bien nos trae bastante comodidad y nos ofrece bastantes servicios en nuestra vida cotidiana, en el tema policial es un punto en negativo. Los ciudadanos que trabajan de madrugada o los que comienzan su jornada laboral en este tramo horario, creo que se sienten aliviados cuando ven un su pueblo a la pareja de la Guardia Civil vigilando la localidad, al igual que durante otros horarios. También, cuando se desplazan hasta el acuartelamiento en busca de solucionar algún problema, la mayoría de los días encuentran un agente en él para ser atendido», informa el Sargento.
A lo largo de estos 20 años la Guardia Civil ha cerrado muchos logros, pero no destaca ninguno de ellos. «La Guardia Civil se fundó para dar respuesta a la inseguridad ciudadana y para el auxilio y ayuda a las personas. Por eso, cuando estás de servicio y ayudas a alguna persona que ha sufrido un pinchazo en su vehículo, localizas a alguna persona que se ha perdido en el campo o simplemente terminar un servicio nocturno y a la mañana siguiente saber que no han robado en la localidad, etc. ya es un logro y como dice uno de los lemas de nuestro Cuerpo 'la mayor recompensa que puede tener un Guardia Civil es la satisfacción del deber cumplido'», indica Joaquín.
«A aquellas personas que están pensando en acceder al Cuerpo, decirles que este trabajo es vocacional, que sin esa vocación de ayuda a los demás nunca se van a encontrar contentos ni felices con su trabajo pues requiere de unos sacrificios personales y familiares que otros trabajos no llevan aparejados. Recordar que a la benemérita solamente se le requiere y se acuerdan de ella cuando los ciudadanos tienen problemas que solventar, ante catástrofes, accidentes, violencia y que debido a la trayectoria más que centenaria de este Cuerpo siguen confiando en ella para solventarlos.
No quiero dejar de pasar la oportunidad para recordar a antiguos compañeros de la Policía como Ángel y Kiko, con los que pude trabajar durante varios años y siempre estaban disponibles para cualquier requerimiento que les realizábamos. Igualmente agradecer a los actuales miembros que forman la plantilla de la Policía Local así como los que han estado y se han marchado a otras localidades por su infinita disponibilidad ante cualquier solicitud de colaboración y profesionalidad que demuestran cada día.
Destacar también las relaciones existentes con la corporación municipal que siempre se encuentra disponible ante cualquier solicitud de ayuda que necesitamos.
Y por último agradecer a la mayoría de los compañeros de la Guardia Civil que han prestado servicio en Valverde durante estos 20 años, con los cuales he compartido bastantes horas de servicio y que siempre han mostrado su profesionalidad con las decisiones tomadas por mi parte, gustándole en algunas ocasiones más y menos en otras, puesto que sin esa compresión y sin su compromiso profesional no hubiera podido desarrollar mi trabajo durante estos 20», finaliza el 'valverdeño'.
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