

Fernando Negrete
Domingo, 29 de noviembre 2015, 22:19
Me llamo Manuel Bellerino Bellerino, nací el día 12 de octubre de 1945, soy natural de un pueblo (que para mí es el mejor) que es Valverde de Leganés (Badajoz) en el cual viví desde mi nacimiento, hasta el día 8 de agosto de 1961 que salí para buscar nuevos horizontes. Yo no sé si fue provocado por los comentarios favorables que me hicieron del lugar al que venía (no me arrepiento de haberlo hecho) o por la situación económica que empezábamos a sufrir, la cuestión es que cuando me di cuenta estaba en una región nueva, viviendo solo, sin haber cumplido los 16 años y lejos de mis padres y hermanos aunque pronto me siguieron.
El sentimiento era que mi infancia se había roto de un plumazo. Eso solo lo sabemos las personas que hemos tenido que emigrar a tan corta edad, por eso mi memoria está llena de recuerdos de aquella época y añoranzas de los mismos, que fueron muy buenos. Recuerdo, por ejemplo, aquellos partidos de futbol en San Roque, jugar al regateo en la goleta, ir a pescar con mi amigo Miné a Valdelosdiablos, pasear con las muchachas que entonces ya había alguna que me hacía gracia, una serie de cosas que por muchos años que pasen no dejaré de recordarlas con nostalgia. Han pasado tantos años que hay muchos paisanos que creen que es imposible que yo me acuerde de tantas cosas de entonces del pueblo, pero, tuve la suerte de compartir muchas horas de conversación con mi padre y el tema principal de nuestras charlas casi siempre era el pueblo, ya que a él también le costó mucho dejarlo para emigrar. Fueron todas esas conversaciones las que influyeron en que mantuviéramos todos los recuerdos más frescos.
A mi padre tengo que hacerle un apartado muy especial, porque era una persona muy demócrata. Era un adelantado a su tiempo, que te aconsejaba, pero te dejaba mantener tu criterio. Se llamaba Manuel Bellerino Ramos, pero todo el mundo lo conocía por Manolón el del Cuco, fue recovero durante 20 años, pero anteriormente había ejercido trabajos en el campo. Una persona muy culta a pesar de no haber ido de niño a la escuela, pero su abuelo Manuel Aguza, se preocupó de enseñarle lo que sabía (que por lo visto no fue poco). Después amplió sus conocimientos en la guerra, llegando al grado de teniente del ejército republicano, de lo que estuvo toda la vida orgulloso, sobre todo cuando le reconocieron sus derechos y los correspondientes emolumentos. Era una persona espléndida y amiga de sus amigos y porque no decirlo, de todo el mundo. Como todo humano tenía algún defecto: que le gustaba mucho el vino (buena cuenta de esto podían haber dado sus íntimos amigos: Erundino Antúnez, Manuel Lagos y algunos más, que algunas juerguillas se pasaron juntos). Murió en el 2000 a los 86 años.
Mi madre se llamaba Isabel Bellerino Chacón o Isabel la Chiribica o la Manolona como ya la apodaron a partir del casamiento con mi padre, y todos fuimos cogiendo el mismo apodo. Murió a los 80 años en 1997.
Tengo dos hermanos, mi hermana Beli que es 3 años más joven que yo y mi hermano Juan Inocencio que es 10 años menor que yo, este nombre de Inocencio se lo puso Chencho Rastrollo que fue su padrino.
Vivíamos en la calle San Roque, 35, en una casa que aún ahora recuerdo bien.
Mi vida aquí en Cataluña, concretamente en Sabadell se ha desarrollado de una manera muy normal. Primero fui trabajador del ramo textil y después, en el año 1982, junto con mi hermano, montamos una empresa de vidrios y aluminios, que la verdad que nos fue bastante bien, hasta que me jubilé. Como jubilado, me dedico a hacer lo que antes por falta de tiempo no podía: andar mucho, leer bastante, restaurar y coleccionar cosas antiguas, tengo un huerto en mi casa y gallinas y el resto del tiempo a estar con los míos: mi mujer, mis hijas, mis yernos y tres nietos y una nieta que me llenan mi vida.
Tengo relación con paisanos, aquí en Sabadell; la verdad es que yo me llevo bien con todos ellos, pero aquí las distancias son más grandes y el trabajo me ha dejado poco tiempo para estar más con ellos. Al principio cuando vine a Cataluña, tenía más contactos con la familia Pasisi sobre todo con Pepe y con Antonio que hace ya bastantes años regresó al pueblo, también con Manolo el de Lucio y Juan Regalao que estuvo un tiempo aquí.
El servicio militar lo hice en la Zona de Reclutamiento y Movilización, 42 de Girona.
Estoy casado hace 46 años con Rafaela Serrano Candel, originaria de Murcia, la cual conocí al poco de llegar a Sabadell y con la que llevo toda una vida (53 años), y con la cual espero vivir hasta que faltemos alguno de los dos. Tenemos dos hijas, Eva 45 años y Elena 39 años.
Siempre he tenido inquietudes sociales, por lo que he sido miembro de la AMPA del colegio de mis hijas, he pertenecido a las juntas de las Asociaciones de vecinos de los sitios que he vivido y de la que vivo actualmente he sido presidente. También he sido Primer Secretario de la Agrupación de Sentmenat (pueblo en el que ahora vivo) del Partido Socialista de Catalunya, y actualmente soy militante de base del mismo partido.
Yo no sé si será posible publicar toda esta historia, pero no quería dejarme atrás personas que creo que han influido en mi vida y a las cuales quisiera mencionar. Entre estas personas está D. Andrés Serrano García, que fue mi maestro y que lo poco que sé se lo debo en parte a él. Con él mantengo una gran amistad y comunicación.
Igualmente quiero hacer referencia a Sebastián Paniagua López, Tatito, que puntualmente lo tuve algún verano como maestro y que me marcó por su carácter y dinamismo. Como anécdota cuando se fue del pueblo me regaló un libro, con una dedicatoria que decía El trabajo y la honradez, son virtudes esenciales, practícalas en grado sumo y alcanzarás el triunfo en esta vida, consejo que he procurado practicar, y no me ha ido nada mal. Me gustaría saber algo de él.
También me gustaría hacer referencia a mis amigos: Tomás Guareño y su señora Marina Ferrera, y como no, Miguel Ortiz y su señora Pepi Macías, Antonio Llera y su señora María, así como Manuel Antúnez y su señora Marga, que se han portado todos ellos, con mi señora y conmigo con una esplendidez y un cariño exquisito, en mis visitas al pueblo (les estaré siempre agradecido).
También quiero resaltar la labor que se hace desde este diario HOY, sobre todo con las personas que somos de Valverde y vivimos fuera, porque gracias a ello podemos seguir manteniendo ese contacto y que, a pesar del tiempo que hace que faltamos del mismo, nuestros recuerdos siguen manteniéndose latentes. Soy un lector asiduo de sus páginas.
Y por último agradecer la oportunidad de me habéis dado para expresarme, aunque seguro que me han quedado muchas cosas en el tintero. Aprovecho la ocasión para saludar a todos los paisanos, tanto los que siguen en el pueblo, como los que como yo, estamos fuera.
Animo a mis paisanos a que sigan trabajando a favor de las tradiciones y esa inmensa cultura que tiene el pueblo, cada día estoy más orgulloso del nivel de la misma.
¡HASTA SIEMPRE, VALVERDE!
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