Imágenes de la antigua Roma (campamento romano y legionario volviendo a casa) Cedida
Opinión

La jubilación y las pensiones ya existían en época romana

Rubén Marín Lagar. Historiador especialista en la historia de Roma

Viernes, 22 de marzo 2024, 08:00

La edad de jubilación y las pensiones son temas, en lo que a política se refiere, recurrentes todos los años y con especial relevancia en los últimos meses. Sin embargo, el origen del cobro de las pensiones por jubilación ya se daba en la antigua Roma gracias a su perfeccionado ejército.

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La propia palabra jubilación proviene del latín «jubilare», término que se relaciona con la expresión «gritar de alegría», del mismo modo que la palabra actual júbilo. Aunque previamente a esta ley de jubilación ya existía una ley, denominada como «Ley de la cigüeña», por la que los hijos debían hacerse cargo de sus padres una vez estos llegasen a cierta edad. No sería hasta la profesionalización del ejército romano cuando vemos la creación de una ley de jubilación y pensiones más similar a la de nuestros días.

El ejército romano fue una de las principales claves de la importancia y el poder que llegó a amasar Roma. Este ejército nos puede resultar muy similar al que poseemos en la actualidad, ya que es un cuerpo formado por voluntarios durante una cantidad de años de servicio mínimos, con una paga estipulada según los rangos y un entrenamiento constante. Es aquí donde podemos encontrar varias similitudes con el anterior ejército, pues los legionarios romanos, tras conseguir terminar los 25 años de servicio, no muchos conseguían finalizarlos, optaban a la jubilación y pasaban a denominarse veteranos.

Mérida fue fundada para jubilar a los veteranos de las Guerras Cántabras

Rubén Marín Lagar

Historiador especialista en la historia de Roma

El emperador Augusto crearía en el año 6 d.C. un fondo monetario, denominado «Aerarium militare», para financiar las pensiones de jubilación de los veteranos de las guerras acontecidas en el norte de la península, los territorios que hoy comprenden las Comunidades de Asturias y Cantabria. Esta pensión era calculada con el valor de 12 años de la paga del legionario. Este método nos puede recordar al sistema moderno de pensiones español, en el que para recibir el 100% de la pensión por jubilación deberías haber cotizado previamente 36 años.

Otro de los métodos de pago de dicha jubilación romana consistía en la repartición de tierras en los territorios conquistados. Con este método, el estado romano se ahorraba este dinero y, a su vez, la concesión de terrenos a antiguos soldados bien experimentados ayudaba a mantener pacificadas las nuevas fronteras ganadas frente a los pobladores originarios. Esta concesión de tierras cobra especial importancia para nuestra Comunidad Autónoma, ya que nuestra capital, Mérida, se fundó en el año 25 a.C., gracias a estos soldados licenciados de las ya mencionadas guerras cántabras. De hecho, su nombre originario, «Emerita Augusta», es la unión de eméritos o soldados veteranos y Augusto, por el emperador Augusto. Otras ciudades españolas surgieron también a raíz de estos soldados veteranos, como es el caso de León, que nació como un campamento militar que gracias al comercio con los habitantes de la península junto con los soldados licenciados que querían permanecer cerca de sus antiguos compañeros de armas se terminaría convirtiendo en una ciudad.

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Con una mirada más centrada ya en nuestro pasado reciente, nuestro sistema moderno de pensiones surge en el año 1908 con la creación del Instituto Nacional de Previsión para financiar el retiro de los trabajadores, lo que posteriormente se conocería como el sistema de Seguridad Social. No obstante, será en el 1919 cuando se crea el Retiro Obrero como el primer sistema de jubilación pública y obligatoria de España.

Desde ese momento, la ley de jubilación y pensiones sufriría varias modificaciones fruto de los diferentes cambios políticos que han acontecido en nuestro país, como la II República, la Dictadura franquista o la Transición Democrática. Con la Constitución de 1978 se configuraría el actual sistema de Seguridad Social, ajustando algunos de los flecos mediante el Pacto de Toledo del 95, por el que se regulaba para que este sistema de pensiones pudiera ser sostenible en el tiempo, como fijar la edad de jubilación o los futuros incrementos derivados de la inflación, como ocurre con la más reciente modificación.

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En definitiva, como hemos comentado en las anteriores líneas, la jubilación y el pago de una pensión como conocemos hoy día no es un invento tan reciente como se puede llegar a pensar. Si bien es verdad que fue un invento del imperio romano, este no se mantendría durante toda la duración del mismo, teniendo épocas de crisis financieras hasta su eliminación. De igual forma, nuestro sistema de pensiones por jubilación sigue en constante modificación, buscando siempre métodos para su sostenibilidad y que así todos nosotros podamos llegar a disfrutarlas el día de mañana.

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