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Restos del molino de Antolín Cedida
El misterio del molino de Antolín
Historias

El misterio del molino de Antolín

Fernando Negrete García, Cronista Oficial de Valverde de Leganés

Viernes, 17 de enero 2025, 08:05

Durante siglos el pan ha sido uno de los alimentos básicos para las personas, y para su elaboración era necesario moler el grano y transformarlo en harina, tarea que se hacía en los molinos de agua o molinos hidráulicos, construidos en los cursos de agua próximos a los pueblos.

Estos molinos también eran centros de reunión de los encargados de llevar el grano desde los cortijos cercanos, muy habitados por entonces, y mientras se realizaba la molienda, se alternaba con vino y el correspondiente picoteo, haciendo las funciones de taberna y a veces de posada o fonda.

En la presente publicación se presentan varias informaciones, sobre los molinos en general, sobre el de Antolín en particular, sobre un suceso allí acaecido y en referencia al desenlace final de lo sucedido.

El propietario de este molino era Antolín Reyes Cuellar que lo explotaba alquilándolo a familias interesadas. Dicha actividad la continuaron sus hijos, Teresa y Santiago, hasta que con la construcción del pantano de Piedra Aguda fue expropiado y se abandonó su uso. Actualmente solo se conservan algunos restos de sus paredes. Su biznieto, Antolín Reyes Rivero afirma que su abuelo Santiago nunca quiso cobrar el poco dinero que le daban por la expropiación del molino.

Según Jacinto Gil (Cheles, 1954) en su libro 'Molinos y molineros de la comarca de Olivenza' este molino estaba en la orilla derecha de la rivera de Olivenza. En la zona donde se celebra la romería de San Isidro, pasando la pasarela o puente sobre el arroyo de La Nave que viene de Valverde, a unos 300 metros se encuentran sus restos. Pocos metros antes del puente, había otro molino del que solo quedan restos del canal.

Por su proximidad, el Molino de Antolín siempre estuvo muy vinculado a Valverde; tenía dos muelas (piedra de gran tamaño utilizada en un molino para moler el trigo y poder obtener harina). El azud (barrera hecha en los ríos con el fin de facilitar el desvío de parte del caudal para riego y otros usos) está desaparecido y desde él partía un canal de 65 metros hasta el molino que desembocaba en dos saetines (canal angosto por donde se precipita el agua desde la presa a la rueda hidráulica, para hacerla andar) de 80 y 65 cm cada uno. También debía existir una habitación junto a la sala de molienda y un recinto techado.

A continuación se expone una información firmada por Jota y publicada en el diario el 'Correo Extremeño' del 13 de marzo de 1929 sobre la desaparición de un hombre:

Información de Valverde de Leganés: Un hombre desaparecido

Entre el vecindario corren los más espeluznantes rumores. ¿Se trata de un crimen o de un accidente? El cadáver de la víctima aparece flotando sobre las aguas de un arroyo.

El próximo pasado lunes, 4 del actual, se presentó en el Juzgado municipal el vecino de este pueblo Luis González Vázquez, denunciando que su padre, Luis González Jaramillo, que se encontraba trabajando en el cortijo llamado de Saavedra, debía haber venido el día anterior con objeto de presentarse en el Ayuntamiento, donde se celebraban dicho día las alegaciones de quintas, y como no hubiese venido, ni se encontrase tampoco en el cortijo antes citado, suponía le hubiese ocurrido algún accidente o haber sido víctima de algún atentado.

Investigaciones

Inmediatamente comenzaron a practicarse las primeras pesquisas en averiguación del paradero del ya citado Luis González Jaramillo.

Las primeras investigaciones se encaminaron hacia unos molinos situados en la margen derecha de la ribera que separa los términos municipales de Olivenza y Valverde de Leganés, en cuyo sitio había sido visto la tarde del sábado.

Entrada al saetín izquierdod el molino Cedida

Las familias que habitan en los referidos molinos declararon que, efectivamente, había estado allí la tarde del sábado, pero que se había marchado en las primeras horas de la noche, y no habían vuelto a tener noticias de él.

Datos retrospectivos

En uno de los citados molinos, conocido por el molino de Antolín, habita un matrimonio, cuya mujer parece ser que sostiene relaciones ilícitas con un tal Ruperto Acosta, conocido por Amadeo.

Entre Amadeo y Timotea, que así se llama la mujer, han maltratado varias veces al marido de ésta, que resulta ser un infeliz en toda la extensión de la palabra.

Se decía también que en alguna ocasión habían cuestionado al Amadeo y el desaparecido, afirmando el hijo de éste que cierta vez había tratado de robarle.

Con estos antecedentes, y sabiendo además que el Luis González Jaramillo, alias Bota, también había sostenido relaciones íntimas con la Timotea, se sospechó, desde luego, que en el molino a que se hace referencia, pudiera haberse cometido un crimen, sospechas que tomaron mayor incremento después de la declaración prestada por el matrimonio que habita el otro molino inmediato.

Una declaración interesante

Los habitantes del otro molino al que próximamente a las cuatro de la tarde se presentó el Bota pidiendo que le sirvieran un vaso de vino, manifestando que venía del molino de Timotea, donde estuvo solo algunos minutos por habérsele terminado la bebida.

En este segundo molino estuvo hasta las ocho de la noche próximamente; bebió varios vasos de vino y manifestando, repetidas veces, su deseo de pasar aquella noche en el molino de Timotea.

Trató el molinero de disuadirle de sus propósitos, y hasta lo acompañó hasta el camino de Valverde, aconsejándole que viniese al pueblo. Todos sus consejos y razonamientos fueron inútiles; el Bota volvió sobre sus pasos y se encaminó en dirección al molino de Timotea, acompañado por un perro chiquitillo que llevaba.

Como la noche estaba muy oscura, bien pronto se perdió de vista, sin saber si llegó o no al sitio donde se encaminaba, aun cuando si oyó ladrar al perro del molino, lo que parece indicar que, al menos, pasó por sus proximidades.

Sigue el misterio

A pesar de estas declaraciones y de que fueron registrados minuciosamente ambos molinos, el Bota continúa sin aparecer.

En Badajoz y Olivenza, a donde se telegrafió, se hicieron también activas pesquisas con el mismo negativo resultado.

Como el Bota llevaba consigo una cantidad de dinero que ascendía a cien pesetas próximamente, se supuso en la posibilidad de un homicidio cuya causa fuese el robo.

Antolín Reyes Cuéllar Cedida

Y se opinó también que dada la clase de relaciones que llevaba con Timotea, el amigo de ésta, Ruperto Acosta, pudiera haberle asesinado por celos.

Las pesquisas para averiguar el paradero del desaparecido continuaron sin interrupción hasta el día de ayer.

Se registraron varias veces ambos molinos y sus inmediaciones, y se registraron con rastras las aguas de la ribera, sin que se encontrase el más ligero vestigio.

Al cabo de ocho días aparece

Por fin ayer domingo, encontrándose el teniente de la Guardia civil don Arturo Marzal y guardias a sus órdenes practicando un nuevo reconocimiento en las márgenes de la ribera, observaron que sobre las aguas flotaba un objeto sospechoso.

Inmediatamente un voluntario entró en las aguas, y pudo ver que el objeto que estaba sumergido era el cadáver de un hombre. Sacado a la orilla se comprobó que era el cadáver del desgraciado Luis González Jaramillo.

Pasado aviso al Juez de Instrucción, éste se personó inmediatamente en el lugar del suceso, procediéndose al levantamiento del cadáver. Éste fue transportado a Olivenza donde se le practicó la autopsia.

El cadáver no presenta, a simple vista, señales alguna de violencia, por lo cual se espera con grandísimo interés el informe del médico forense, pues hasta entonces no se aclarará el misterio y no se podrá decir con certeza si fue víctima de un accidente casual o de un crimen.

El misterio del molino fue resuelto, pero habrá que esperar a la próxima publicación para conocer todo lo ocurrido.

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