La pandemia del coronavirus y, ahora, la guerra en Ucrania

Nunca imaginamos que íbamos a conocer los desastres que desde hace dos años iba a originar la pandemia del Covid-19. Solo en España, más de 11 millones de infectados y más de cien mil fallecidos. Ante la incertidumbre y el temor de los primeros meses se nos facilitaron medios para luchar contra el virus, confinamiento, mascarillas, lavados de manos, distancia social, aforos, etc., fueron las armas con las que hemos tenido que sobrellevar el paso del tiempo.

Y ahora, que parece que estamos superando esa plaga, nos llega otra más grave y peligrosa que tampoco nunca imaginamos que íbamos a conocer, 'la guerra'. En el corazón de Europa se desata la ley del más fuerte y una poderosa potencia nuclear como es Rusia, manda su ejército a la vecina Ucrania, y desde el 24 de febrero los desastres de la guerra ensangrientan pueblos y ciudades con el riesgo añadido de extenderse. El pez grande se come al chico y puede que todos seamos peces chicos y ninguno grande.

Ahora tenemos menos armas para defendernos de lo que pudiera venir. La esperanza en que el conflicto termine, que los dirigentes estén a la altura que la situación necesita y que de nuevo demos ejemplo de solidaridad con las víctimas, es lo que podemos hacer.

¡Malos tiempos corren desde hace dos años!