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En la Casa del Pueblo de Valverde debutó Porrina Fernando Negrete
Porrina debutó en Valverde

Porrina debutó en Valverde

Crónicas de un pueblo ·

Historia de un árbol resistente, un festival flamenco y un museo particular

Sábado, 21 de noviembre 2020, 08:00

Cáceres. En los años 70 del siglo pasado a nuestras abuelas les dio la fiebre de la formica. Se sintieron modernas de pronto, se hartaron de los muebles de nogal y de cerezo y empezaron a vender por cuatro duros a los anticuarios sus aparadores y sus mesas de cocina sólidas y nobles para cambiarlas por engendros contemporáneos de un conglomerado que hacía furor y se llamaba formica. En esos años, también llegó a nuestros pueblos la fiebre del cemento y del asfalto. En este caso, en vez de las abuelas, fueron los alcaldes y los concejales quienes entendieron que lo moderno era asfaltar y que los árboles eran un estorbo porque le quitaban espacio al cemento.

Fernando Negrete, toda la vida corresponsal de HOY en Valverde de Leganés, me cuenta que también a su pueblo llegó esa fiebre de urbanizar a lo moderno y adecentar las vías públicas. «En Valverde fue una fiebre desmedida. Se podría decir que se cortaron todos los árboles que adornaban calles y plazas, pero no sería exacto. ¡Se salvó uno!», recuerda Fernando.

El árbol que resistió a la moda y hoy es monumento vegetal de Valverde de Leganés fue un tilero centenario, casi un monumento con honores de nombre propio: El Tilero del Llano que, como apunta Fernando, «hoy días nos sigue ofreciendo compañía y sombra.» Este árbol, orgullo de Valverde, se salvó porque los vecinos del Llano demostraron tener dos dedos de frente, no se dejaron llevar por las modas efímeras y, como cuenta Julián, un vecino de la zona, presionaron a los munícipes para que no se cortara el tilero.

Aquel movimiento vecinal fue pionero por ecologista y por feminista. Lo lideraba una mujer. Bibiana Hernández, sobrina de la señora Rafaela y heredera de la fonda en cuya puerta se encontraba el tilero. Recuerda Fernando Negrete que Bibiana regentó la fonda junto a su marido, Eduardo Sánchez 'el Chiquinino'. El caso es que el tilero se salvó y siguió siendo referencia para viajeros del Leda, viajeros de comercio y clientes de la pensión. Hoy es un emblema de Valverde y memoria viva de aquellos años en que nos pudo la moda y nos dio por la formica y el asfalto.

El Tilero del Llano, hoy centenario y portentoso, fue en sus años de árbol tierno testigo de un hecho del que en Valverde se sienten muy orgullosos: el debut como cantaor de Porrina de Badajoz. Sucedió en 1934 y el espectáculo de cante y baile en el que el niño Porrina, con solo 10 años, sorprendió y emocionó al público por vez primera tuvo lugar en la Casa del Pueblo de Valverde de Leganés. Según recuerda el flamencólogo aficionado Antonio Domínguez Durán, fue Juan Bravo, alcalde de Valverde y conserje de la Casa del Pueblo, quien organizó aquel festival histórico.

Hasta el golpe militar de 1936, las casas del pueblo socialistas no eran solo espacios de actividad política, sino también centros de formación cultural para acabar con el analfabetismo y la incultura. La Casa del Pueblo de Valverde de Leganés fue construida en 1919 y está tan enraizada en el pasado y el presente valverdeños como su Tilo del Llano.

En este repaso por la memoria sentimental de uno de los pueblos más vivos y activos de la región, no podemos dejar de lado el museo etnográfico personal que un vecino de Valverde, Francisco Martínez Jimeno, posee en su casa de la calle Melilla. Francisco tiene 74 años y una colección de más de mil piezas que nos permiten repasar la historia de nuestros antepasados a través de los objetos cotidianos. Antepasados que lucharon por un árbol, se formaron en la Casa del Pueblo y nos han legado un lugar tan singular como Valverde de Leganés.

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