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Página publicada en el Diario HOY
Treinta años después, 'Cazafantasmas' en Valverde de Leganés
Recuerdos

Treinta años después, 'Cazafantasmas' en Valverde de Leganés

Se cumplen treinta años de las salidas nocturnas del 'Monje'

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Lunes, 21 de septiembre 2020, 13:01

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La situación sanitaria actual está haciendo que las calles se vacíen. Muchos vecinos han decidido no salir de casa para seguir luchando contra la pandemia del coronavirus que está asolando el mundo entero y es notable como, conforme va entrando la noche y los negocios y actividades van llegando a su cierre, las calles de Valverde se vacían llegando a plasmar una imagen de soledad y abandono.

Hoy queremos dar un salto en el tiempo para recordar un hecho sucedido hace treinta años y que casualmente también fue motivo del vacío y abandono de las calles de Valverde de Leganés.

En el mes de septiembre de 1990, un encapuchado al que los vecinos de Valverde hacían llamar 'El Monje', comenzó a recorrer las calles el pueblo por la noche, tocando las rejas y aullando, logrando trastornar la vida de la población valverdeña. Por este motivo, ante el miedo y la incertidumbre, muchos dejaron de salir por las noches para evitar encontrarse con el fantasma.

Manuela Martín, que actualmente es directora del diario HOY, plasmó dicho suceso en el diario publicando una información el 20 de septiembre de 1990, hace exactamente treinta años y un día.

Hoy Valverde de Leganés ha querido recuperar dicha publicación para recordársela a los que la vivieron y dársela a conocer a quienes no sepan de ella.

La noticia era la siguiente:

«'Cazafantasmas' en Valverde de Leganés

El pueblo vive pendiente de un encapuchado que recorre las calles y se desvanece en la oscuridad

Los 3.600 vecinos de Valverde de Leganés viven alborotados desde que hace alrededor de diez días apareció de madrugada un encapuchado que recorre noche tras noche las calles tocando las rejas o aullando y se escabulle con rapidez en la oscuridad de los cerros. Hasta la Guardia Civil ha salido a patrullar los alrededores de la localidad acompañada de decenas de jóvenes con motos, coches y linternas en un intento de esclarecer el misterio. Pero el fantasma, haciendo honor a su condición de tal, se esfuma una y otra vez y tiene alterados a los vecinos que, entre divertidos y fastidiados están dispuestos a capturarlo y darle una buena lección: los «cazafantasmas» están de moda en Valverde de Leganés.

Vecinas del barrio de San Roque comentan las últimas «apariciones» del fantasma
Vecinas del barrio de San Roque comentan las últimas «apariciones» del fantasma Foto Santi

El enigmático ser, que unas veces viste túnica blanca y otras oscura, pero que siempre oculta la cara con una capucha, según quienes aseguran haberle visto, ha trastornado la vida de la pacífica población, especialmente de noche: las muchachas no necesitan que sus padres les reprendan para que se recojan temprano: a medianoche ya no queda una en los bares y terrazas del pueblo y quienes se atreven a desafiar la madrugada prefieren ir en grupo. Hasta la guardia Civil se ha visto involucrada en la historia, convertidos sus miembros en ocasionales «cazafantasmas»: tres guardias participaron en la madrugada del pasado martes en la batida que se dio por los alrededores del campo de fútbol para tratar de apresar al «monje», como es denominado por los valverdeños. Pero el «fantasma» hizo honor a su condición y burló a todos, incluida la fuerza pública.

No resulta extraño que tras esta excursión fallida algunos guardias se muestren escépticos y duden incluso de la existencia del encapuchado: «Todo el mundo decía 'ahí va', 'ahí va', pero nosotros no lo hemos visto», relata uno de los guardias que integró la patrulla. «Y yo – afirma – mientras no lo vea no lo creo».

LA CARA TAPADA

«Yo tampoco creía en estas historias – declara Daniel Reyes – hasta que me encontré con él a la una y media de la madrugada. Iba para mi casa después de acompañar a la novia a la suya y me topé con él. Llevaba una túnica color hueso y la cara tapada con una capucha. Era bastante alto, al menos medía 1,80, y en las manos tenía un trapo enrollado. Me dí un buen susto y eché a correr para mi casa».

Desde que Daniel, que tiene 18 años, vio al fantasma el martes de la semana pasada son muchos los valverdeños que han tenido ocasión noche tras noche de atisbar la silueta del «monje» huyendo a toda prisa hacia los cerros que rodean el pueblo. De boca en boca la historia ha engordado, y en el barrio de San Roque, el más frecuentado por el fantasma, las vecinas hablan y no paran de las excepcionales cualidades físicas del desconocido: «Mide por lo menos dos metros y corre como una exhalación. Yo vi desde lejos cómo se arremangaba los hábitos para escapar mejor» – afirma una mujer. «Si midiera dos metros ya lo habrían fichado para el baloncesto», bromea uno de los guardias, que considera exagerada la versión que corre por el pueblo.

MOTOS Y LINTERNAS

Sean cuales fueren las verdaderas dimensiones del aparecido, lo cierto es que desde hace una semana su presencia logra congregar a decenas y hasta centenares de personas en su busca. El pasado martes fue la apoteosis. La voz de alarma la dio una señora que contempló desde la ventana al fantasma sentado en el umbral de una casa. Al ser descubierto, el monje asustó a la mujer moviendo los hábitos y esta, antes de tomarse una tila, acertó a llamar a la Guardia Civil, que se puso en marcha intentando aclarar de una vez por todas el misterio. A los guardias se unieron un buen número de jóvenes con motos, coches, palos y linternas, y a estos los curiosos, hasta formar una multitudinaria manifestación que, desde la carretera, seguía atentamente los acontecimientos.

Daniel Reyes, uno de los primeros que vio al «monje»
Daniel Reyes, uno de los primeros que vio al «monje» Foto Santi

Según aseguran los testigos presenciales de la batida, al menos 300 personas siguieron de madrugada la caza del fantasma. «Los curiosos se quedaron en la carretera y los más atrevidos le seguimos hasta el campo de fútbol – relata Daniel Reyes – y entramos también, encendimos las luces y de repente saltó la valla y se esfumó; ya no fuimos capaces de encontrarlo por el cerro. Pero nos hemos puesto serios y lo vamos a coger porque se está riendo de nosotros».

«NO HAY FANTASMA»

«Yo creo que no hay ningún fantasma – insiste el guardia civil – porque entre tanta gente como había anoche es imposible que escapara. Y yo siento que no lo pilláramos, porque la gente está inquieta y nos van a hacer salir todas las noches».

Curiosamente, el fantasma que tanto inquieta no ha producido hasta ahora ningún daño en Valverde. Su actuación se reduce a pasear las calles, aullar, tocar las rejas de las ventanas y correr como alma que lleva el diablo cuando se cruza con algún trasnochador. Quienes le han visto aseguran que se sobresalta tanto como ellos, pero nadie está tranquilo. «Mi hijo lo vio una noche a las dos y media de la madrugada, y el monje saltó la tapia del colegio y se escapó» – comenta una señora en un corrillo con la Guardia Civil. «Yo desde entonces no salgo sola de noche». Unos niños le ponen fantasía a la historia y afirman que el monje vuela.

Los vecinos tampoco sospechan cuál puede ser la identidad del misterioso fantasma, aunque todos están convencidos que es alguien del pueblo, pues conoce perfectamente sus calles y los alrededores para refugiarse. La hipótesis más extendida sobre las motivaciones de la aparición es que se trata de un gracioso que ha llevado la broma demasiado lejos; tampoco falta quien cree que el misterioso aparecido que se esconde tras el disfraz de monje está loco, y lo más maliciosos sospechan que nos encontramos ante un asunto de infidelidad amorosa y que el encapuchado esconde su identidad para visitar a su amante si ser reconocido».

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