

La noche del triunfo de la Selección Española de Fútbol en la final de la Eurocopa frente a Inglaterra, con un marcador de 2-1, fue una jornada inolvidable en Valverde de Leganés, al igual que en el resto de España. Los goles decisivos de Nico Williams y Oyarzabal llevaron al equipo español a la victoria, desencadenando una ola de euforia en el municipio.
Desde el momento en que el árbitro pitó el final del partido, los bares y establecimientos locales se llenaron de hinchas celebrando con cánticos, abrazos y brindis. Las calles se iluminaron con fuegos artificiales que pintaron el cielo de colores, mientras los aplausos y gritos de alegría resonaron por todas partes.
La celebración no se detuvo allí. Inmediatamente después, una larga caravana de vehículos comenzó a recorrer las calles valverdeñas, haciendo sonar sus cláxones en señal de júbilo. Las banderas rojigualdas ondeaban desde las ventanas de los coches, y la música y los cánticos se escuchaban por doquier, creando un ambiente festivo que se extendió por todo el pueblo.
La caravana culminó en la Plaza de Antonio Asensio, donde los aficionados se congregaron para seguir festejando. La plaza se convirtió en el epicentro de la celebración, con música, bailes y gritos de «¡Campeones, campeones!» que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.
El triunfo de España en la Eurocopa no solo fue un logro deportivo, sino también un motivo de unión y alegría para los españoles, que demostraron una vez más su pasión y apoyo incondicional a la selección nacional.
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